miércoles, 15 de enero de 2014

Wittgenstein I – II y Sobre la Certeza



Teoría Del Conocimiento
Wittgenstein I – II y Sobre la Certeza
Esteban Yeray García Mederos
1.
EL PRIMER WITTGENSTEIN (TEORÍAS REPRESENTACIONALISTAS)


de la palabra lo que nos queda es pura convención, es decir, una arbitrariedad provocada por la relación entre el signo lingüístico y el objeto.
- Introduce “la cosa”, algo que va más allá de la arbitrariedad pero no sobrepasa las líneas del lenguaje de la palabra en sí.

- Las oraciones son representacionalistas, porque buscan representar el mundo.
- Si el lenguaje representa la realidad, entonces es una figura de realidad. Pero podemos encontrar que tiene sus límites: en el lenguaje hay que saber qué se puede y qué no se puede decir; o dicho de otra forma, lo que puede representarse con él.

Problemas de Wittgenstein
a. Estatus de la lógica
Es el problema más evidente ya que surge de la relación entre el lenguaje de la lógica y el lenguaje natural, pero no es el que más le interesa.
b. Problema de la demarcación (naturaleza social)
Este es llamado el “problema vienés”, que consiste en ver qué expresiones tienen sentido y cuáles no lo tienen en el lenguaje. De ello, deduce que el lenguaje puede emplearse para representar la realidad siempre que haya un criterio claro para poder definir lo que significa cada oración.
c. Problema vital (nuevas teorías físicas)
En las nuevas teorías físicas aparecen términos, palabras y nociones teóricas, que no tienen referentes evidentes y claros. Por eso se pregunta por el significado de las oraciones, y si en realidad representan la realidad.
SOLUCIONES A LOS PROBLEMAS DE WITTGENSTEIN

- Las proposiciones son figuras de la realidad.

o Si una oración representa algo es porque aquello que representa forma parte de la realidad.
§ Lo que siempre está en ambos sitios son las proposiciones formales y estructurales. Lo que debemos hacer es un análisis de la representación.

a. Relación figurativa

La relación figurativa es la relación que hay entre los elementos de la figura y los elementos que la oración representa. Pero la relación no está en la figura misma, alguien debe decirte lo que es cada cosa. Además esta relación es convencional.

- La estructura figurativa es la relación que existe entre los elementos de la realidad y los elementos del croquis. Los elementos se colocan en el espacio de la misma manera que lo hacen sus integrantes en la realidad. Sin embargo, la estructura figurativa no es convencional, ya que se corresponde con la relación que hay entre la colocación de los elementos de la realidad.


b. Forma de figuración

La forma de figuración es la posibilidad de estructura figurativa. Es decir, es la relación de semejanza que se guarda con los rasgos de la realidad. Y es necesaria por dos razones: no podemos explicar la relación figurativa si no sabemos si su estructura figurativa es buena, y además, no podemos adquirir una estructura figurativa posible sin haber definido la relación figurativa. De esta forma podemos explicar las figuras falsas. - Debemos tener en cuenta que no hay nada fijo y que es muy difícil modificar los

Extensionista que sigue la línea de Russell.

Las palabras son referencias de cosas de la realidad. Pero al quitar el significado
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elementos de la realidad.

En el caso de que conozcamos la figura que representa un objeto, podremos emplear esa figura como una clave para representar la figura. Así podemos utilizar información para representar figuras que se refieran a la realidad; como es el caso de los colores en los mapas.

  • -  Signo: es lo senso-perceptible en una figura.

  • -  Símbolo: es la combinación de signo y las convenciones que te dan la posibilidad de leerlo.
    Hay cosas de la realidad que no nos resultan importantes y por eso no las representamos (si la superficie de un mapa es lisa, si los extremos son redondeados... Uno podría representar un mapa con el mar en color rojo y los campos naranjas). Esto ocurre cuando las claves de las que hemos hablado antes no son necesarias para dar una cierta información, con lo que uno puede reproducir cosas en la figura sin que sean parte de ninguna información que queramos dar. Pero entonces, ¿hay un mínimo de cosas de una figura tiene que tener en común con el objeto real para que eso pueda considerarse una figura de ello? Sí, y se denomina forma lógica.

- Podríamos hacer infinitas figuras lógicas para representar la realidad, y todas ellas tendrían que tener algo en común, porque representan lo mismo. Y eso que todas tienen en común es la forma lógica, el mínimo que deben tener para que se pueda representar la realidad. Es más, la riqueza de la estructura figurativa facilitará la comprensión y evitará las equivocaciones.
Yo puedo coger el mapa de un centro comercial y pintar las zonas verdes (como el parque de enfrente) de color azul, al igual que pinto la zona de lencería de color rojo. Esto son solo indicadores, ya que la figura no es en este caso parte de la información que queremos transmitir. Por eso, sería interesante que hubiera figuras que sólo contuvieran la forma lógica.
o Figuras sintéticas o breves: las que no dan más información que la necesaria.
o Figuras lógicas: su estructura de figuración es la forma lógica. Aunque si existieran figuras lógicas, quizá serían más difíciles de interpretar y construir, pero se ganaría en precisión. Dentro de ellas, podemos hacer una subdivisión:

§ Públicas: equivalentes a las oraciones que están al alcance de todo el mundo.

§ Privadas: equivalente a pensar o hacerse figuras lógicas de las cosas. El pensamiento en formas figurativas. Cada persona tiene la suya.
EL PENSAMIENTO

Para Wittgenstein, pensar es representar la realidad. A veces podemos visualizar las cosas, pero normalmente pensamos de forma abstracta y nos dejamos llevar por representaciones simbólicas. Buscamos representar la realidad para después cambiar esas representaciones y combinarlas para ver qué pasa en cada una de las situaciones. Es decir, que podemos pensar en los objetos que tenemos y reubicarlos de sitio. En cambio, hay pensamientos que no entran dentro de esta definición. En general, la idea de pensar se refiere a pensar sobre el mundo (no pensamos sobre lo que no es real, aunque sí lo podemos mezclar con aquello que no existe). Entonces, al ser los pensamientos verdaderos y figuras del mundo, cuando pensamos lo que supuestamente hacemos según Wittgenstein de el Tractatus es pensar sobre algo que sea verdad. Pensar es ir figurando figuras lógicas.
- Proposición y lenguaje

o El pensamiento es la figura lógica de las situaciones, que se hace pública a través del lenguaje.

o Una proposición es la expresión senso-perceptible de un pensamiento.
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o Las convenciones forman la gramática del idioma, es decir, la unión entre las reglas sintácticas y el diccionario.

Uno piensa algo, lo concibe en su cabeza como concepto y después lo transforma en palabras.

- Hay una relación de interdependencia entre el pensamiento y la proposición, pero para que una proposición se dé, alguien tiene que pensar en el signo proposicional. La oración es para el signo lo que la proposición es para el símbolo. Sentimos la proposición como una figura y el signo como un símil de lo designado. Cuando penetramos en lo esencial de ese carácter figurativo vemos que no es perturbado por irregularidades aparentes y que todos los elementos están relacionados entre sí por la relación figurativa entre el lenguaje y el mundo. A todos ellos los podemos entender a través de la lógica.

Con las leyes de la proyección, como es el caso de la música, podremos identificar las vibraciones con las notas.

La estructura figurativa no está clara por varias razones:
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que se les parece.
- Los nombres propios son descripciones definidas encubiertas, porque al asumirlas a ellas, asumimos todo lo que la frase implica. Si yo digo que el paquete de clínex es naranja, es porque asumo que hay un paquete de clínex y que además es naranja.

El libro está sobre la mesa. Pero... cuando dices el libro, ¿a qué te refieres? ¿A todas las páginas del libro?... Pues sí... ¿Pero si le cortara una página seguirías diciendo que el libro está sobre la mesa? Pues entonces sería un libro distinto, así que no se podría decir que el libro está sobre la mesa. ¿Y si le cortara una esquinita y no la página entera, seguiría siendo verdad que el libro está sobre la mesa? Pues no. ¿Y si le quito una mancha de tinta? ¿Seguiría siendo el libro? digamos que no. ¿Y si le quito una única fibra de celulosa y lo pongo sobre la mesa, seguiría siendo cierto que el libro está sobre la mesa?
- Esto se podría ir repitiendo y repitiendo, pero para Wittgenstein tiene un fin. Pero el problema no es sólo ya con los contenidos del libro, sino en la disposición, porque el libro podría estar en parte sobre la mesa, o sobre la mesa pero encima de otra cosa, puesto en vertical u horizontal... ¿Qué significa “el libro está sobre la mesa”? Si al final consiguiéramos ponernos de acuerdo, tendríamos que llegar a las partículas que componen el libro y la mesa, describir las posibles relaciones espaciales entre las partículas del libro y de la mesa, en la que es cierto que “el libro está sobre la mesa”. Sólo así estaría claro lo que quiero decir. Si hay algo como esto, entonces esa sería la forma genuina de la proposición. Y eso es lo que estamos pensando cuando decimos que “el libro está sobre la mesa”.
Todo lo que denominamos realidad son combinaciones lógicas de los hechos elementales. Si una oración es una figura de la realidad, entonces en esa oración hay cosas que están por la realidad. Esto es porque en la realidad hay unos constituyentes básicos que hacen que surja una relación lógica entre realidades más complejas, y de ahí se combinan para dar lugar a otras realidades. Lo que podríamos denominar como “pensamiento científico”.
Sin embargo, nosotros no somos conscientes de la forma genuina de la proposición que expresamos. El lenguaje natural tiene una historia, lo que hace que hoy en día no seamos conscientes de la relación entre las representaciones y la realidad, es decir, del carácter figurativo. Además, hemos incorporado el lenguaje a nuestro ser, de forma que lo empleamos de forma sencilla y automática.
La verdadera forma de una oración no es la forma aparente, sino que es la forma genuina que se obtiene cuando se analiza la proposición descomponiendo los aparentes
Sin la gramática y el diccionario no se puede entender una oración. Los lenguajes naturales son demasiado imprecisos.
Las oraciones casi siempre son engañosas y lo que hacemos es pensar en algo
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signos simples que la componen (Clínex) en los verdaderos signos simples (conjunto de pañuelos que forman la caja), hasta llegar a los signos más simples de todos, los nombres. Esta concepción de la realidad es una suma de acontecimientos y objetos simples, que forman parte de la ciencia universal.

El mundo es así porque el lenguaje representa la realidad, y si quieres llegar a ciertas cosas concretas, tienes que conocer y analizar el lenguaje de esa forma.

En el lenguaje natural, en las intuiciones comunicativas, tenemos el sentido de la proposición, pero no se puede transmitir dada la imperfección del lenguaje. Y con esto nos referimos a que el hombre posee la capacidad de construir lenguajes en los que cualquier sentido es expresable sin tener la menor idea de qué significa o cómo es la palabra. Pero es que también habla sin saber cómo se producen los sonidos, lo que produce además una dificultad fonética que aparece siempre que estudiamos otras lenguas.

- Es imposible extraer del leguaje ordinario su sentido final. El lenguaje disfraza el pensamiento de un modo en que no puede derivarse su forma interna. Porque la forma externa está orientada a objetivos distintos, como conseguir descubrir la figura del cuerpo. Por eso, las convenciones tácitas (elipsis, abreviaturas o ambigüedades), para la comprensión del lenguaje ordinario son muy complicadas.
LOS LÍMITES DEL LENGUAJE

- La diferencia entre mostrar y decir

Si queremos representar, lo que tenemos que hacer es uso de los símbolos. En algunos casos, la estructura figurativa está ya en el signo (dada la relación de proposiciones de los signos, y de los signos con el mundo real). Existe una realidad de la figura que represento, pero puedo comunicar cualquier otra cosa. En cambio, a veces los elementos que componen el dibujo no representan partes de la realidad. Es decir, que la relación figurativa y su estructura, no forman parte de la realidad. Así que estas cosas no se pueden decir, porque solo podemos decir o representar las cosas que están en el mundo.
o Los objetos simples (término singular) no se pueden describir, solo se pueden señalar. De algo simple no se puede decir más salvo que es una cosa.


- La relación y estructura figurativas se pueden mostrar pero no se pueden decir; se pueden describir.

- La diferencia entre mostrar y describir es, que a través de las palabras de la gente se muestran cosas que la gente no dice. Esto es la comunicación no verbal. De hecho, hay cosas que solo se pueden mostrar y no se pueden decir (las que tienen que ver con la estructura y la forma figurativa), y cuando alguien lo intenta, se produce un sinsentido o pseudo-proposición.


o Las pseudo-proposiciones son proposiciones aparentes que surgen del intento de decir aquello que solo se puede mostrar y no se puede decir, con lo que son un sinsentido.

PROBLEMAS DE LA TEORÍA FIGURATIVA DEL TRACTATUS


- Los sinsentidos

Un sinsentido es una cadena de símbolos que aparentemente son proposiciones, pero en realidad no son un conjunto lógico de proposiciones elementales (las proposiciones simples y que se combinan lógicamente para formar la proposición). Todos ellos surgen del intento de decir cosas que solo se pueden mostrar o que no existen. Entre ellos podemos encontrar:
- Los enunciados de identidad o existencia. Cuando afirmamos que dos cosas son iguales entre sí, o que una cosa existe. Esa “cosa” no puede ser un objeto simple, ya que esconde un hecho. Tenemos que partir de la realidad que se compone de objetos simples.
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- Las oraciones que expresan actitudes proposicionales. Los pensamientos son figuras lógicas, así que tendríamos que describir cómo es eso que se piensa y representa la realidad. Solo buscamos representar una cierta realidad. Para expresar lo que la gente cree, tengo que hablar de la relación figurativa (y de la estructura figurativa), así que eso tiene que ir fuera del lenguaje. Al involucrar un pensamiento, involucran la relación figurativa; por lo que son inexpresables.
- El atomismo lógico. El mundo es una suma de combinaciones simples de objetos simples e inmutables. Entonces, ¿realmente el mundo podría ser simplemente así?
- Las proposiciones de la lógica y las matemáticas (excepto tautologías), y cualquier intento de intentar explicar la gramática o el diccionario de una lengua. Las combinaciones lógicas son reglas sintácticas, recurso que usamos para describir lo que ocurre con el lenguaje. Es decir, es la estructura figurativa la que está en las oraciones, así que es algo que no se puede describir. Con lo que la lógica y todo lo que tenga que ver con aspectos formales, son sinsentidos. También, todo lo que sea describir las reglas del castellano, por ejemplo, la lingüística, sería un sinsentido.
- Las proposiciones que pretenden expresar nexos causales o leyes naturales. De la definición de forma genuina de proposición se sigue que no podemos expresar más que las relaciones lógicas entre las proposiciones elementales. Por lo que, entre las proposiciones complejas no puede haber más que relaciones lógicas. Esto supone que, en realidad, lo único que se puede hacer es mostrar y no decir. Incluso los nexos causales y leyes de la naturaleza son víctimas de esto. Lo que dicen los filósofos también es un sinsentido. El problema es que la gente quiere explicar lo que es la esencia de la realidad, y eso no está físicamente por ninguna parte.
La definición de forma genuina de proposición dice que solo podemos expresar las relaciones lógicas entre proposiciones elementales. Con que en proposiciones complejas no puede haber más que relaciones lógicas. Otras relaciones entre hechos, relaciones no expresadas.

- Lo místico y el sujeto parlante-pensante.

Para él en realidad, lo único que tiene sentido es describir la realidad.
El problema final está en la búsqueda de ese análisis final, donde están los componentes de la realidad y del pensamiento. Él llega a esto como una consecuencia de que el lenguaje representa la realidad, y en consecuencia las oraciones también. Además, las cosas que se dicen deben ser claras. Si partimos de la base de que el lenguaje representa la realidad, se tendrán que dar una serie de cosas que si no aceptas que existan, daremos por hecho que la proposición es falsa y que el lenguaje no representa la realidad. Por ello, hay que describir cómo debería ser un lenguaje perfecto.
A veces no podemos definir las cosas simplemente porque nos falta léxico. Por tanto, un lenguaje debe ser amplio de vocabulario y evitar las ambigüedades en sus términos que puedan significar cosas, pero no sepamos cuáles.
- En castellano, uno de los impedimentos que tenemos para describir la realidad tiene que ver con que en multitud de ocasiones se confunden las preguntas ¿cuál es el significado de la oración?, y ¿es verdad lo que dice? En un caso tendríamos simplemente que comprender el castellano, ver la gramática y demás, pero en la otra pregunta tendríamos que ver la realidad para saber si es verdad o no.
Por ejemplo, si decimos “quedamos a las nueve”, eso no quiere decir en el punto exacto en el que pasamos de 8:59 a 9:00, sino que es algo más indeterminado. De hecho, a las 9:05 puede ser las 9:00, pero las 9:15 ya no son las 9:00. Uno puede quedar siempre a la
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misma hora y de a pocos, ahí, con el reconcome, podríamos quedar siempre a las 9:00 pero en realidad la gente estaría apareciendo a las 9:30. Dependiendo de lo que esté pasando, el término “las 9:00” abarca más o menos tiempo.

Como esto de describir el mundo es muy amplio, supongamos que hay un juego de tablero y nosotros vamos a construir un lenguaje para describir qué es lo que pasa en ese juego de tablero. ¿Qué vocabulario necesito? Sería raro que escogiéramos un vocabulario que describiera las casillas pares del tablero, o una combinación de dos fichas... Lo normal sería empezar por describir los elementos mínimos para referirnos a cada ficha y a cada casilla del tablero. Luego tendríamos que tener palabras para expresar lo mínimo que está pasando en ese tablero. De nuevo, sería raro que escogiéramos como predicados, el hecho de que hubiera un triángulo en la parte izquierda del tablero y cosas así. Luego podríamos ir ampliando el lenguaje con otras propiedades del juego.Y finalmente, para describir el juego, necesitaríamos una serie de expresiones lógicas para poder contar expresar las reglas del juego.


Al final, cualquier lenguaje, lo único que necesita es esto:

- Vocabulario mínimo donde cada palabra describa cada uno de los elementos mínimos.
- El vocabulario debe poder expresar las situaciones posibles.
- La lógica para expresar las situaciones válidas o lo que se deduce en esta situación.
Con esta metodología podríamos decir lo que quisiéramos, con lo que podríamos meter abreviaturas de expresiones más complejas. De forma que tendríamos un lenguaje inicial que estaríamos usando hasta que empezáramos a usar estas abreviaturas, hasta el momento en que el lenguaje inicial a penas se usase salvo en casos raros, y que todo el rato nos estaríamos expresando con abreviaturas. Por otro lado, también podemos usar nombres para las formas que se unen en conjunto.
PROBLEMAS CON LA METODOLOGÍA


Sin embargo, al seguir esta metodología, encontramos problemas como el de la forma contraria (dudas de expresiones).

Nuestro predicado, pero también el mundo nos tiene que ayudar, de alguna manera siguiendo siempre sus reglas del mundo, porque si se dan casos anómalos, entonces no seríamos capaces de describir la realidad correctamente cuando esa realidad nos presenta problemas. Wittgenstein, dice que sí que hacemos esto con la realidad, con el mundo al completo, que nosotros nos hacemos un lenguaje que puede llegar a describir cualquier cosa del mundo.

- Y en esto que hemos hecho, ¿cuál sería el signo y el símbolo? Pues entonces tendríamos que volver a estudiar la realidad y observar las relaciones figurativas que esta presenta. Y para ejemplificar aquello de la diferencia entre mostrar y decir, que decía Wittgenstein que cosas de la realidad se pueden mostrar, pero que no se pueden decir (o al revés), y si se intenta decir, se dice un sinsentido (mirarlo un poco). En el lenguaje, según Wittgenstein, se nos muestran las cosas del mundo, pero muchas de ellas no las podemos decir.

Wittgenstein de alguna manera podría estar intentando describir un lenguaje ideal o el lenguaje real:

En cuanto a estar describiendo un lenguaje ideal, la teoría del Tractatus nos daría un lenguaje normativo con el que las cosas que diríamos quedarían muy claras. Esto sería útil para temas legales y demás, pero no mucho para una conversación con significados más vagos, en las que las cosas no tienen por qué quedar tan claras. Por lo mismo, este tipo de lenguaje normativo ideal sería muy interesante para la ciencia.

También un lenguaje ideal explicativo, que no necesariamente describiera cómo son las cosas sino cómo deberían ser, podría ser importante. La realidad demuestra que la democracia siempre incluye la corrupción, pero nuestro ideal explicativo de la democracia no incluye la corrupción. Por lo mismo, no existen triángulos perfectos, ni velocidades constantes, ni puntos de equilibrio perfecto, porque lo que da el científico
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es un ideal.

Así que según el Tractatus vemos que el lenguaje natural es imperfecto, y aunque nos ayuda a describir el mundo, nunca será perfecto.
En cuanto al lenguaje real, dice que es el lenguaje empírico que parte de una intuición de la realidad. Pero que no es figurativo, por lo que no representa esta realidad.


6. SEGUNDO WITTGENSTEIN

Partiendo de la concepción de sentido común del lenguaje tenemos que:

  • -  El lenguaje nos vale para comunicar, describir e informar sobre el estado de las cosas.
  • -  Las palabras tienen un significado exacto que parece recogido del diccionario. De hecho, la palabra no existe sin su significado.

- La oración surge de la suma de significados de las palabras que la componen. Pero, dependen de las reglas gramaticales.

o Según Frege, el significado estaba en los significados de las palabras que constituyen la oración.
o Russell dice que hay que buscar la verdadera estructura gramatical.
o Wittgenstein habla de encontrar la forma lógica, y de ahí llegar a la auténtica estructura gramatical de las oraciones.
Por lo tanto, siguiendo estas teorías tenemos una serie de tesis claras:

  • -  Podemos describir los estados de las cosas en función esencial del lenguaje.
  • -  Las palabras y las oraciones tienen un significado exacto.
  • -  El significado de las oraciones es la suma del significado de las palabras.
  • -  Comprender un nombre = asociarlo con el objeto que nombra. Por lo que, comprender una oración = representar en la mente la serie de casos que describe.

- Existe un reino autónomo de conceptos y proposiciones.

Todos sabemos para qué vale el lenguaje, y no tenemos problemas en saber en qué se basa o qué fundamentos tiene, porque cualquiera es usuario del lenguaje. Así que si alguien tiene ideas equivocadas, es porque alguien ha manipulado el lenguaje. Por eso, para recuperar el conocimiento genuino del lenguaje es necesario retirar las concepciones erróneas que hasta ahora creíamos ciertas. El principal objetivo es que contemple las posibilidades y advierta algunas cuestiones o elementos que tienen que ver con el lenguaje. Éste, ha sido guiado por prejuicios y malas ideas establecidas, que nos impiden verlo como realmente es.
Crítica a la concepción tradicional

La concepción tradicional dice que una parte del significado viene de la referencia del objeto real al que queremos referirnos con la palabra. En su libro, San Agustín habla de cómo de pequeño aprendía las cosas a partir de los sonidos y la señalización de los objetos. Esto era más que nada por el uso del lenguaje corporal, que le permitía sacar el significado de las palabras. Posteriormente, cuando esos mismos signos aparecían en otras frases y demás, él iba poco a poco estrechando más el marco del significado que podrían tener dichos sonidos.
Pero la teoría tradicional no dice cómo se utiliza el lenguaje. Sabemos que las palabras están por objetos, pero no podemos expresar conceptos sobre lo que realmente decimos de ellos, sino que podemos transmitirlos. Esto pues, nos plantea la siguiente pregunta: ¿Después qué hago con los conceptos?
Al partir de que las palabras están por los objetos a los que se refieren, estamos activando la función del lenguaje. Si yo escribo una palabra en un cuaderno, podría tener sentido preguntar qué es esa palabra; pero si yo señalo un objeto, no tendría sentido. Cuando usamos el lenguaje tenemos algo más que las referencias a objetos reales. No tenemos suficiente con las referencias, que aunque no sean falsas, son
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escasas de información. En definitiva, que la sintaxis y la semántica son válidas pero no son suficientes, por lo que necesitamos hacer uso de la pragmática del lenguaje.
La concepción tradicional trata a los nombres como etiquetas que se corresponden con distintas cosas. Wittgenstein decía que esto era algo parcial que olvidaba otras cosas que eran más importantes. Además de que se aplicaba bien a los nombres propios pero no era efectivo con palabras como los adverbios. ¿????????????????HAY QUE SEGUIR
El lenguaje como juego
El lenguaje es un juego en el que las palabras no son etiquetas que ponemos a las cosas, sino que son herramientas que se pueden usar para distintas labores y de formas distintas. No tienen porque tener el mismo significado, dependiendo dentro de la cultura o forma de vida en la que se utilice siempre en la práctica. El lenguaje es vago y creativo y es lo que hace posible la comunicación.
Sin embargo, el concepto de juego no lo podemos definir. Y si no se puede decir qué es lo esencial en el juego del lenguaje, no podemos decir qué es el lenguaje. Dice que no hay nada común, que en las cosas que forman el lenguaje lo que ocurre es que están emparentadas entre sí; de manera que no hay nada como el lenguaje ni posibilidad de dar una definición precisa de lo que éste es, o que lo distinga de lo que no lo es. Quizá estamos observando el lenguaje desde una misma perspectiva y eso no se puede hacer. Dentro de los juegos lo que hay son relaciones de semejanza. Lo único que tienen en común son los parecidos de familia, donde los juegos forman cada una de ellas. El Lenguaje es vago y es lo que permite su uso en la práctica, poco concreto, un aire de familia.

- Sobre la definición de juego: nuestras definiciones no son cerradas. Y las definiciones precisas no solo no existen, sino que no hacen falta porque los conceptos son borrosos. La exactitud no nos resulta útil a los humanos.

¿Cómo le explicamos a alguien qué es un juego? No podemos aprender las palabras mirando sus definiciones en un diccionario, por ejemplo, no hay una definición exacta de las cosas, y prueba de ello es que al aprender un idioma extranjero no basta con aprenderse de memoria un diccionario. En realidad, este es útil como método auxiliar para entender el significado de las palabras. Aunque estas las aprendemos a través de ejemplos y de detectar aires de familia.

- Si un niño quiere aprender el significado de una palabra, los padres le dan ejemplos al niño de cosas que son ese concepto que el niño pregunta. Se le dan ejemplos y se le dice se buscan similitudes, y se llaman juegos. De hecho, el problema está en que cada uno de nosotros tenemos una concepción en la cabeza de que las cosas son como son. Es decir, tenemos ejemplos pero no tenemos límites para definir lo que es un juego y lo que no. Para alguna finalidad especial podemos trazar un límite. Definitivamente, nos entendemos gracias a los aires de familia.
El significado de algo siempre es vago, porque el lenguaje es vago. El problema es que a pesar de que nos sentimos cómodos así, si queremos precisar no podemos hacerlo. Si queremos usar los Ibs., como medida de peso, diremos que es algo muy vago porque podemos tener distintos Ibs al igual que podemos tener distintos kilos. Pero es que si queremos precisar la realidad no podemos hacerlo, porque si pudiéramos decir que algo pesa 40 kilos exactamente, pues no diría que eso son 90 Ibs. Por eso la palabra y el concepto son tan útiles, porque a la vez que vagos son funcionales. Incluso la palabra “kilo”, es vaga porque es más concreta que “libra”, porque esto también lo podríamos entender como el tipo de moneda.

Y es que el significado es algo vago, indefinido e inexacto. Además, la definición de una palabra en el diccionario son las condiciones necesarias y suficientes para ser un X.

El origen de esta vaguedad tiene que ver con cómo nacen las nuevas palabras, cómo se
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aprenden y cómo se emplean en circunstancias reales. Según lo que ya sabemos, existen ambigüedades en la definición ostensiva de palabra, y en toda definición verbal, pueden interpretarse de distintas formas. Estas dos formas de aprender son algo extremas, de forma que normalmente aprendemos nuevas palabras a partir de su uso en la vida cotidiana. Gracias a ello, tenemos en la cabeza algo como la estructura de la definición.
La vaguedad en las palabras
- Las reglas son indeterminadas. No basta con saber cómo se usa una palabra, o las condiciones necesarias para que sea un juego, o con asociarla con sus referentes. Una palabra es una herramienta y hay que saber cómo usarla. Parece que se sigue que el significado de una palabra va a venir determinado por las reglas que permiten el uso de dicha palabra. Por lo tanto, saber el significado de la palabra juego es conocer las reglas que permiten el uso de dicha palabra.
- Si se dice “Moisés no existió”, esto puede querer decir que no existió ninguna persona que hiciera todas las cosas que relata la Biblia de Moisés, o que Moisés no fue el que aparece en la Biblia sino que había otro. Russell decía que los nombres propios del castellano se usan muchas veces como descripciones definidas encubiertas.
- Las reglas deben ser interpretadas. Muchas veces al usar la palabra es cuando entendemos la regla no al revés, que coincidiendo con la regla podamos usar la palabra. En algunos casos las reglas se interfieren y dan lugar a contradicciones. Por ejemplo, tenemos la regla de que si una cosa es igual a otra, entonces todas las características de una las tiene la otra. Pero siguiendo esta regla podemos llegar a resultados contradictorios.
o Si Juan nos dice que cree que Donosti está en el País Vasco, tendríamos que inferir que Juan cree que San Sebastián está en el País Vasco, pero si le preguntamos nos dice que él cree que piensa que San Sebastián está en Navarra. Esto podría considerarse una contradicción (simplemente Juan no sabe que San Sebastián y Donosti son la misma ciudad). Por tanto, las frases: Juan cree que Donosti está en el País Vasco, y, Juan cree que San Sebastián está en Navarra; no son realmente contradictorias. Para Juan, País Vasco y San Sebastián son dos cosas distintas, y aunque fuera de la oración sí que significan la misma cosa, para Juan son dos cosas distintas, con lo que no existe tal contradicción.
- Todos sabemos cómo es el lenguaje y cómo utilizarlo, pero a veces pueden surgir confusiones. Podemos encontrarnos con confusiones particulares o generales (como lo de Donosti o no saber diferenciar los nombres propios y los comunes), por lo que para que esto no pase lo que necesitaríamos es que nos aclararan las reglas y nos diesen unos ejemplos de palabras y unas metáforas. Pero tampoco podemos depender de estás.
Los hablantes de la legua nos equivocamos, entre otros casos, porque las reglas son ambiguas. Por eso, la función del filósofo es aclarar dichas confusiones y contradicciones. No se trata de cambiar las reglas sino de intentar aclarar por qué hay estos errores.
Tradicionalmente se han empleado metáforas que no han servido para resolver los problemas de la ambigüedad, así como la metáfora tradicional de “La palabra como etiqueta”. Según Wittgenstein, un niño aprende los conceptos haciendo comparaciones de modelos hasta que llega un momento en que deja de necesitarlos la teoría tradicional, en cambio, dice que es uno mismo el que se mete esos conceptos en la cabeza.
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La palabra como herramienta

Lo que hay que hacer para comprender el lenguaje es:

- Cambiar la metáfora de “La palabra como una etiqueta” y la sustituye por “La palabra es una herramienta” y el lenguaje “Una caja de Herramientas” que utilizas según valla haciendo falta en la práctica.

  • -  El lenguaje es un juego. Concepto de “Juegos del Lenguaje”

  • -  El significado corresponde también a los “aires de familia”.
    Cuando observamos una palabra debemos preguntarnos para qué se usa. Esto es lo verdaderamente importante y válido. Hay que entender para qué se usa una palabra y cómo se usa. Con una definición ostensiva no nos vale porque no sabemos para qué se usa, ni cómo. De un solo gesto se podría hablar del color, número ...

    Fuera de la situación en la que se usa la herramienta no tiene sentido (lo importante es verla funcionando). De hecho, no se puede entender bien lo que es la herramienta hasta que no la ves funcionando. Una de las cosas que había engañado a los tradicionales es que como todas las palabras están hechas de lo mismo, y tienen la misma apariencia, los filósofos las confundían pensando que eran lo mismo. Esto es porque las palabras aparentemente son todas iguales, pero en realidad se usan para cosas muy distintas.
    Para saber usar una herramienta no basta con saber las instrucciones. Es decir, no basta con explicar el significado de una palabra, porque aunque lo sepa y me quede claro el concepto, no se está capacitado para usar la herramienta. Requieren algo de entrenamiento y de práctica. El conocimiento lingüístico no es del tipo de entender un concepto o una proposición, sino saber cómo usarlo. Es la diferencia entre el “saber qué” y “saber cómo”. Por ello, el aprendizaje de una palabra es gradual, hay que ir aprendiendo poco a poco y observando su uso.
    Podemos usar las herramientas sin saber explicar cómo lo hacemos. Una persona usará una palabra sin ser capaz de definirla, a lo que la filosofía tradicional responde que sin saber cómo usar una palabra, no se puede utilizar. Sin embargo, Wittgenstein dice que puede saber perfectamente cómo usar una palabra sin saber cómo funciona o sin saber describir el significado de la regla para usarla. No se trata de que sea algo innato en absoluto, sino algo que interiorizamos y que pasamos a usar sin saber decir por qué.
- Comparemos estos dos usos: “saber cuánto pesa un kilo de naranjas”, “saber cómo se tapiza un sofá”. Quien dice que no se puede saber cómo usar una palabra se refiere al “saber qué”, ya que no tenemos el “saber cómo” sin poder describirlo.
Una herramienta como la palabra no se entiende fuera de la cultura y la sociedad en la que aparece. Es como los AMIS en EEUU, que no tienen sentido. Las palabras están ligadas a las necesidades, los objetivos de la cultura y el momento histórico en el que se dice. Por eso también, es una razón por las cuales las reglas son cambiantes y se construyen sobre la marcha. Las formas de vida, los problemas, los objetivos de la sociedad cambian y hacen que aparezcan nuevas palabras, que otras desaparezcan, se dejen de usar o cambien su uso.
Lo importante del juego es saber las reglas, para saber cómo jugar. Eso sí, no basta con saber las reglas para saber jugar requiere la práctica. Otra particularidad de los juegos y las herramientas es que no se puede jugar a un juego en cualquier sitio, sino que hace falta un contexto determinado al que hay que ceñirse.
De nuevo, para jugar no basta “saber qué” sino que hay que “saber cómo”. En algún momento puede ser que entender las reglas te sirva para aprender a jugar, pero muchas
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veces no hará ni falta. Se puede aprender a jugar jugando, viendo qué pasa. Los juegos están ligados a formas de vida, por lo que han ido evolucionando.
El concepto es un aire de familia
No hay que buscar las condiciones necesarias y suficientes para X, ni un conjunto de propiedades comunes y exclusivas para X. Lo que hay que hacer es señalar casos claros, casos menos claros, parecidos y diferencias. ¿Qué es un bolígrafo? Pero no se trata de decir qué es lo que es, sino mostrar qué es, qué no es o qué podría ser. La mejor manera de conocer X, es conociéndolo a través de la práctica, de su uso.
El significado es vago. ¿Qué significa que yo tengo el aire de familia de mi madre? Pues que algo que no se puede explicar claramente, que es vago. Además cambia (las familias crecen y envejecen, hay grados de familiaridad). Las palabras hacen lo mismo, se añaden nuevas y algunas se quedan anticuadas.
Nosotros mismos podemos decidir si algo guarda el suficiente aire de familia, y esto es cambiante. Como por ejemplo, los virus, que se han considerado como seres vivos o no con el tiempo. Volvemos al “saber cómo”. En cuanto al aire de familia, podemos decir que alguien tiene el aire de familia de una persona, pero no podemos explicar por qué parece esto.
Están ligadas a las formas de vida. Nuestra cultura o intereses hacen que veamos o no los aires de familia. Por eso, por ejemplo los occidentes no nos parecemos a los asiáticos.
El significado y las formas de vida
El lenguaje y la forma son vagos. Algunas interpretaciones quieren decir que no hay nada como el significado de una palabra o de una oración, reglas gramaticales, o no existen ni las lenguas. Los ejemplos y argumentaciones que hace van encaminadas a hacerte ver que aunque está justificado decir que una palabra es tal, en realidad no lo es. Por eso, el hecho de que algunas palabras estén bien usadas o no viene de tres fuentes:
- El contexto nos dice si puede valer una cosa u otra. Si decimos que algo es un metro de tela, a lo mejor nos puede valer aunque sea un metro y tres centímetros. Pero a lo mejor en otros casos tenemos que ir a la micra.
- Los otros hablantes. Hay más gente usando el lenguaje, así que no podemos hacer lo que queramos con él. Se requiere mínimo dos personas para que exista un lenguaje y se comunique.
- Las formas de vida. Los rasgos comunes a los distintos contextos donde se usan. Los hablantes son parte del contexto, y la forma de vida es una parte también. Las formas de vida de un hombre son distintas a la de un perro, y la de los vikingos es distinta de las de los emperadores chinos.
¿Qué es una forma de vida y qué forma parte de ello? Las costumbres, instituciones (no se puede entender un banco sin el concepto de dinero, y a la inversa), las prácticas (cosas que se hacen cotidianamente), valores (lo que se valora como importante o no). Hay una serie de creencias compartidas (la imagen del mundo).
  • -  Hechos históricos. Cuando pasan determinan significados.
  • -  Hechos antropológicos. Las cosas se adaptan a rasgos bilógicos. Para nosotros 1 kilo de carne es mucho, mientras que para otro pueda parecer poco.
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- Hechos físicos. Sobre la naturaleza por ejemplo cada tribu pone un nombre diferente al cielo.
Aprender un concepto es gradual, de forma que nunca se acaba y puede estar cambiando todo el tiempo porque las reglas cambian son dinámicas en el tiempo. Para Frege, en cambio, era algo cerrado porque hablaba de las condiciones necesarias para ser algo, y ese grupo de cosas era invariable. Por eso, no basta con entender la regla, sino que hay que interpretar la definición para después saber aplicarla. Como la interpretación es abierta, la regla o la definición es insuficiente para determinar el significado de una palabra (esto es, saber usarla).
El lenguaje privado
Para la 2o etapa de Wittgenstein el lenguaje privado no existe, ya que requiere una práctica mínima con otra persona para poder comunicarse, sino no tendría sentido, el lenguaje siempre sería público. Esto es a diferencia del la 1o etapa de Wittgenstein que decía que si se podía porque figurábamos individualmente (privado) y a través del lenguaje lo materializábamos y lo hacíamos público para comunicarnos.
- De otra forma, según la manera de ver las cosas, uno sabe sumar (sabe poner el resultado de una suma) porque ha entendido la regla de la suma. Según Wittgenstein, uno sabe sumar porque sabe ponerlo, sin más, y si en algún momento llega a coger el concepto abstracto de la suma, es porque sabe poner el resultado de cada suma. Es decir, es el conjunto de usos particulares de una regla, de forma correcta, lo que hace que haya una regla en abstracto para sumar, pero es una manera de hablar, no existe el concepto. Eso no es la suma, la suma es saber en cada caso concreto cuál es el resultado. Pero nadie ha hecho todas las sumas. Si uno aprendiera una palabra recorriendo todos los posibles usos de esta palabra, no habría este problema, pero el punto es que siempre hay situaciones nuevas en los que habrá que usar esta “regla” y se pueden presentar casos anómalos, como sumar un 0 o sumar un número negativo o lo que sea. En la historia de las matemáticas han ido apareciendo casos nuevos que no se habían dado antes y se decide en cada caso cómo se resuelve esta situación.
En definitiva, los tradicionalistas dicen que sabemos hacer las cosas porque hay unas reglas. Pero Wittgenstein dice que hay reglas porque sabemos hacer las cosas. Y obviamente, estas reglas cambian y se modifican según el momento y el contexto dependiendo de su adaptación a las circunstancias y los nuevos casos que plantean en la práctica.
Wittgenstein en relación al conocimiento.
Wittgenstein sobre la certeza en su crítica al escepticismo dice que el proceso de justificación tiene que llegar al final en algún sitio, ese final, no es el conocimiento, no es una verdad absoluta que fundamente toda el edificio del conocimiento, no es ver, una visión, termina en la acción, en la práctica en el actuar.
En el Tractatus, el mismo problema que para justificar un todo hay que partir de sus elementos, conocer los elementos, pero los elementos son atómicos simples, como los explicamos, PARADOJA. Explicamos un todo con elementos incognoscibles, no los conocemos, por definición los elementos no se pueden conocer, Como conocer el todo a partir de sus elementos que no se pueden conocer, las proposiciones atómicas, los objetos, no se puede decir nada, “tal es tal, no se puede decir”. Para Wittgenstein, los
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diálogos de Platón era lo mas aburrido del mundo, quería quemar toda la filosofía occidental.

No hay una cadena indefinidamente, la justificación tiene que llegar a un final y es

una forma de vida, una practica, un hecho. Hacemos las cosas que hacemos porque las hacemos y punto. De las formas de vida ni están ni no lo están simplemente son. Las culturas no se sumergen en el río de las creencias móviles, y estas, son las forma de vida que llevamos. Terminan en algún lugar y es en la práctica. Simplemente es así.

La forma de vida humana, la duda del escéptico, nos impediría jugar a los juegos del lenguaje que usamos, no tiene sentido porque suspendería los juegos del lenguaje, ... simplemente vivimos de ese modo y punto, así carga sobre el escéptico Wittgenstein. No hay fundamentación metafísica.
Ortega y Gasset el hombre es ante todo es heredero, hacemos nuestra vida en ellas. Tiene mucho éxito entre los antropólogos esta certeza de Wittgenstein, parece un problema porque parece un relativismo generalizado, esto lleva a unos problemas por ejemplo políticos.
El conocimiento se define por los contenidos que sabemos, conocimiento como tener algo, tener un contenido, sabemos todas esas cosas que tenemos en nosotros pero que ahora mismo no estamos pensando en ellas.
El conocimiento postilustrado está permeado por toda la cultura de occidente, cuando vemos a un aborigen o un indígena de una tribu que no está relacionado con nuestra cultura, interpretamos con prejuicios de nuestro conocimiento y nuestro lenguaje-mundo al que pertenecemos. Es otro mundo, no tiene razón instrumental. Los juegos del lenguaje involucra prácticas, contextos y formas de vida.
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