El exceso de sentimiento de dolor en medio de los suplicios que trae consigo un dolor cerebral ininterrumpido durante días, poseía yo una claridad dialéctica par excellence y meditaba con gran sangre fría sobre cosas a propósito de las cuales no soy, condiciones de salud, bastante escalador, bastante refinado, bastante frío. Mis lectores tal vez sepan hasta qué punto considero yo la dialéctica como síntoma de décadence
Todas las molestias producidas al intelecto por la enfermedad, incluso aquel semiaturdimiento que la fiebre trae consigo, han sido hasta hoy cosas completamente extrañas a mí, por los libros he tenido yo que informarme acerca de su naturaleza y su frecuencia.
Mi sangre circula lentamente. Nadie ha podido comprobar nunca fiebre en mí ni un médico
enfermo de los nervios? "¡No! A los nervios no les pasa nada, yo soy el único que está enfermo." Imposible demostrar ninguna degeneración local en mí; ninguna dolencia estomacal de origen orgánico, aun cuando siempre padezco, como consecuencia del agotamiento general, la más profunda debilidad del sistema gástrico. También la dolencia de la vista, que a veces se aproxima peligrosamente a la ceguera, es tan sólo una consecuencia, no una causa: de tal manera que con todo incremento de fuerza vital se ha incrementado también mi fuerza visual.
Recobrar la salud significa años, desgracia, recaída, hundimiento, periodicidad de una especie de décadence
Después de todo esto, necesito decir que yo soy experto. Incluso aquel afiligranado arte del captar y comprender, aquel tacto para percibir [matices], aquella sicología del "mirar por detrás de la esquina" y todas las demás cosas que me son propias no las aprendí, son el auténtico regalo de aquella época, la observación misma y todos los órganos de ella.
Desde la óptica del enfermo elevar la vista hacia conceptos y valores más sanos, y luego, a la inversa, desde la plenitud y autoseguridad de la vida rica bajar los ojos hasta el secreto trabajo del instinto. Este fue mi más largo ejercicio, mi auténtica experiencia, si en algo, en esto fue en lo que yo llegué a ser maestro, poseo dar la vuelta a las perspectivas la "transvaloración de los valores."
Friedrich Nietzsche y Yo
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